El Tokonoma, en las casas tradicionales japonesas y en las actuales que disponen del espacio para ello, es un pequeño altar sintoista casero, (una especie de armario empotrado o no, sin puertas o con puertas correderas y cuyo suelo un poco mas elevado que el resto de la habitación no se puede pisar,) dedicado entre otras cosas a rendir culto a los antepasados. En la pared frontal se colocan
Caligrafías, arte tan valorado por ellos como misma pintura o dibujos, normalmente de paisajes u otros motivos naturales. (No olvidemos que los primeros santuarios sintoistas eran en plena naturaleza, un espacio en el bosque, una cascada o recodo de un río, un grupo de rocas aislado emergiendo del musgo, la hierba o el mar, e incluso un árbol centenario, que en ocasiones se rodeaba con una gruesa cuerda con unos nudos especiales.) En el suelo un ikebana, cuya composición varía según la época del año, si se celebra alguna fiesta especial, en honor y como bienvenida a los huéspedes o visitas importantes, para recordar a un antepasado fallecido, o simplemente según el estado de animo de quien lo realiza. Pensemos que utilizando
el significado de las flores, de los los colores y los estilos, el ikebanista practicante del "kado" el camino de las flores, es capaz de transmitir sensaciones y sentimientos. En suelo del tokonoma también se queman inciensos y se encienden velas, y en algunas ocasiones se exiben bonsais (los arboles en miniatura que todos conocemos) y seikeis (piedras que por su forma reproducen una montaña o cordillera, un animal, o tienen alguna otra característica que las hace singulares y para las que se acostumbra a tallar una base de madera en la que son encajadas,) otras dos Artes Japonesas. El concepto del artes para ellos es diferente al nuestro y artes son la caligrafía, la cerámica, la construcción de jardines, la ceremonia del té, las artes marciales, los haikus, todos ellos en el fondo diferentes caminos de introspección y meditación.
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